MONITOREO DE LA CALIDAD DEL SUELO
Entendemos la importancia del monitoreo de la calidad del recurso suelo, como el medio principal de soporte de vida terrestre. El suelo es el sustrato principal para la producción de alimentos, fibras, combustibles verdes, minerales y otras materias primas utilizadas en la industria en general (textil, farmacéutica y construcción, entre otros), y en el sector de servicios, incluyendo los relacionados con la vivienda, la educación, la salud y en particular, en la alimentación.
La calidad de suelo involucra dos componentes: su productividad y su función ecológica. La productividad de suelos está relacionada con su fertilidad y la capacidad para producir alimentos (cereales, leguminosas, cítricos, etc.) y materias primas (azúcar, celulosa, madera, etc.). La función ecológica está por otro lado, relacionada con los servicios ambientales que proporciona, tales como purificación y almacenamiento de agua dulce, confinamiento y degradación de desperdicios líquidos y sólidos, secuestro de carbono y otros elementos que inducen al cambio global en la atmósfera, protección de la biodiversidad y amortiguador de los ecosistemas encargados de purificar y mejorar la calidad del aire en la atmósfera, principalmente.
Luego entonces, el monitoreo de la calidad del suelo está asociado a vigilar, prevenir y resolver eventos de degradación física, química y biológica del recurso, incluyendo los procesos de compactación, erosión, desestabilización, acidificación y alcalinización extremas, salinización, contaminación por metales pesados o por órgano-clorados, organofosforados y otros componentes orgánicos tóxicos, y pérdida de la materia orgánica y la biodiversidad, entre otros.
También el monitoreo de la calidad de los suelos está relacionada con los preservar y conservar los servicios ambientales que provee, incluyendo los procesos que limitan el filtrado y purificación del agua, la degradación de desperdicios y sustancias tóxicas líquidas y sólidas, perjudiciales a plantas y animales, la disminución en el aporte de nutrientes y de humedad a diversas espacies florísticas, y la disminución en la calidad de alimentos para consumo general., entre otros.
Para ello, se colectan muestras que son analizadas para cuantificar las diversas propiedades, e identificar posibles condiciones desfavorables que amenazan su sustentabilidad. De entre este grupo de propiedades a analizar se encuentran: la densidad aparente, la porosidad, la capacidad de retención de humedad, la velocidad de infiltración y la conductividad hidráulica, como propiedades físicas; el pH, la conductividad eléctrica, la materia orgánica, el porcentaje de saturación de bases y la capacidad de intercambio catiónico, como propiedades químicas; y los contenidos de macro- meso- y micro-nutrientes, y de elementos pesados como BTEX y VOCs, la agregación y las poblaciones microbianas, como propiedades que garantizan un adecuado, eficiente y apropiado funcionamiento ecológico del suelo.